sábado, 24 de julio de 2010

La FALGTB celebró su primer congreso nacional y enumeró próximos objetivos


Luego de un breve descanso tras los festejos por la aprobación de la ley de matrimonio igualitario, la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGBT) realizó su primer congreso nacional, del que participaron representantes de todas las provincias. Se aprobó una nueva agenda de trabajo que tendrá como prioridades la Ley de Identidad de género para travestis y transexuales, la derogación de los códigos contravencionales, la reforma a la ley antidiscriminatoria y la inclusión de contenidos sobre diversidad sexual en la educación.

También fue elegido como nuevo presidente de la organización el dirigente rosarino Esteban Paulón, quien remplazará a María Rachid a partir de octubre. El cierre del congreso contó con la presencia de legisladores del oficialismo y la oposición y del jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, quien llevó el saludo de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, y fue ovacionado por los activistas.

La FALGBT fue fundada por cinco organizaciones en 2005, pero reúne actualmente a más de 40, de todo el país. El debate por la ley de matrimonio le permitió crecer mucho más de lo previsto durante el último año, sobre todo, paradójicamente, a partir de las audiencias públicas organizadas por la senadora ultrahomofóbica Liliana Negre de Alonso. “Nos dio la oportunidad de pasarnos casi dos meses recorriendo el país y organizando mejor la Federación. En algunas provincias donde no había ninguna organización, hoy hay tres o cuatro, y en otras donde había un grupo pequeño, ahora son 40 o 50 compañeros que se reúnen todas las semanas y cientos de adherentes que se conectan por Facebook y participan de las actividades. Por eso decidimos aprovechar la oportunidad de la votación de la ley en el Senado, para consolidar todo ese proceso de crecimiento con un congreso federal”, explica Rachid.

Uno de los casos de mayor crecimiento fue Córdoba, donde ya hay organizaciones en la capital, Río Cuarto, Villa María, Alta Gracia, Carlos Paz y otras ciudades. La multisectorial por la democratización del matrimonio, organizada por los grupos de base de la FALGBT, reunió a organizaciones sociales, legisladores, organismos de Derechos Humanos, universidades y hasta un grupo de sacerdotes católicos, encabezados por el padre Nicolás Alessio, y convocó a una movilización a favor de la ley con cerca de 10 mil personas.

Otro caso paradigmático fue Neuquén: “En el interior del país es mucho más difícil salir del clóset, las sociedades son más cerradas, todo es más chico. Aun así nos dimos cuenta de que estábamos frente a un clima propicio para decir ‘acá estamos’. Hasta que a Negre de Alonso se le ocurrió hacer una audiencia pública en Neuquén, y vía Facebook nos dijimos que no podíamos quedarnos de brazos cruzados. Decidimos juntarnos. Primero fuimos 15, a la semana siguiente 30 y hoy somos más de 50 personas participando. La audiencia al final no se hizo, pero el 13 de junio, por primera vez en la historia de Neuquén, un grupo de homosexuales nos animamos a manifestarnos en el monumento al General San Martín. Éramos más de 100, con banderas, redoblantes, carteles.

Ahí cambió todo. Fuimos a ver a los senadores, armamos un festival, un ruidazo por la igualdad y viajamos para la votación de la ley y el congreso de la Federación”, cuenta Adrián Urrutia.

“Cuando fundamos la Federación, nos pusimos de acuerdo en cinco objetivos prioritarios a nivel nacional. ¿Se acuerdan? Bueno, podemos tachar uno: el matrimonio ya está”, dijo María Rachid y el congreso estalló en aplausos. El camino hacia el matrimonio igualitario fue iniciado por la Federación en 2007, con la presentación de recursos de amparo en la justicia –que dieron lugar a nueve casamientos autorizados por jueces– y un proyecto de ley en el congreso, que finalmente se aprobó la semana pasada. “Cuando empezamos, nos decían que estábamos locos”, recordó Rachid. Otras organizaciones históricas, como la CHA, se habían opuesto entonces a dar la pelea por el matrimonio, ya que impulsaban la unión civil, y recién en los últimos meses cambiaron de opinión.

Ahora el próximo desafío es sacar antes de fin de año la ley de identidad de género, que ya ingresó a la Cámara de Diputados a través de un proyecto de la ex diputada socialista Silvia Augsburger, también coautora de la ley de matrimonio igualitario junto a Vilma Ibarra.

Actualmente, las personas cuya identidad de género difiere de la que les fue asignada al nacer viven como indocumentadas y mueren como “NN”. Por el vacío legal existente, quienes deciden dar la pelea para que sus documentos digan su nombre deben someterse a kafkianos procesos judiciales en los que son obligadas a pasar por entrevistas con peritos, médicos y psicólogos, presentar pruebas, testimonios y realizar infinidad de trámites que no acaban nunca. A Marcela Romero, vicepresidenta de la Federación, le llevó diez años conseguir que la justicia la autorizara a tener un DNI que dijera que se llama Marcela Romero.

El proyecto de Augsburger, apoyado por el mismo grupo de diputados de todos los bloques que respaldó el matrimonio igualitario, permitirá que travestis y transexuales puedan obtener un nuevo DNI y una nueva partida de nacimiento con el nombre que usan socialmente y el género que se corresponde con su identidad, sin que sea obligatoria para ello la realización de cirugías de reasignación sexual. Lo hará, además, sin exigir el diagnóstico de “disforia de género”, una supuesta patología psiquiátrica que califica a la transexualidad como una enfermedad sin bases científicas, como años atrás ocurría con la homosexualidad.

“Esta ley va a permitir que las personas trans podamos inscribirnos en las escuelas y universidades con nuestros nombres, solicitar turno en los hospitales y centros de salud, presentar un currículum para conseguir trabajo, votar en las elecciones sin tener que explicar que somos la misma persona que aparece en los padrones con un nombre diferente, y poder ejercer todos nuestros derechos civiles”, explica Claudia Pía Baudracco, activista de la Asociación de Travestis, Transexuales y Transgénero Argentinas (ATTTA).

Baudracco pidió a los delegados de todo el país que la Federación se movilice por esta ley con la misma fuerza puesta para pelear por el matrimonio civil. “De hecho, nosotras ni siquiera podemos casarnos con la nueva ley, porque recibiríamos la libreta con un nombre de varón”, explicó durante su intervención en el congreso.

Teniendo en cuenta la experiencia de otros países, la Federación confía en que el trámite de la ley de identidad de género será más fácil. En España, el debate por el matrimonio entre personas del mismo sexo fue tan difícil como en la Argentina, con movilizaciones masivas organizadas por la jerarquía católica, presiones a los legisladores y la férrea oposición del derechista Partido Popular. Sin embargo, la ley de identidad de género se aprobó con el apoyo de todos los bloques y la oposición de la Iglesia fue moderada, casi de compromiso. En Uruguay, sólo tres diputados votaron en contra de esa ley en 2009 y el Senado la aprobó por unanimidad.



En busca de un DNI con otro nombre y otro sexo

Sábado 24 de Julio de 2010 | Acudirán a la Justicia para modificar la documentación que rige actualmente en el país. Los involucrados nacieron varones pero se sienten mujeres desde chicas. Contaron que sufren carencias y humillaciones.

Parece una modelo. Altísima y elegante con su tapadito de jean ajustado al cuerpo, despreocupada de la estela de miradas y risas nerviosas que deja a su paso. Una melena colorada le cae sobre la espalda. Lleva las uñas larguísimas, pintadas de blanco, haciendo juego con la vincha que le sujeta el pelo. Claudinna GalaLeguizamón nació varón. Pero desde chica se sintió prisionera en un cuerpo equivocado. "Mi recuerdo más antiguo es el de un acto en el jardín de infantes. Yo le insistía a la maestra que quería ser mariposa. Y terminé en la psicóloga", relata. Agrega que está harta de que en la Facultad de Artes de la UNT, donde cursa el profesorado de Danzas Contemporáneas la llamen por su nombre de varón. "Cada vez que lo escucho siento humillación. Estoy cansada de las murmuraciones y las risitas a mis espaldas", dice entornando sus ojos verdes.

Por eso, ella y Emilia Constanza Rodríguez, de igual condición, serán las primeras mujeres transgénero de Tucumán que presentarán una acción de amparo ante la Justicia para cambiar la identidad sexual en su documentación.

"No sólo pedimos que se cambie el nombre en el DNI, sino que se las reconozca como mujeres u hombres trans, que no es lo mismo que ser hombre o mujer", explican los abogados Mariana Alvarez y Agustín Martínez, de Crisálida, una ONG dedicada a la defensa de la igualdad de género. "Vamos a pedir que se coloque el nombre elegido en las actas de nacimiento y, a partir de allí, a toda la documentación", precisan.

Emilia es mendocina y confiesa que se fue de su casa para ser ella misma. "Nunca me aceptaron", admite la joven, vestida sencillamente, con un jean y una campera, y apenas maquillada. "Vivía disimulando, haciendo lo que mi familia quería, hasta que no pude más y caí en una profunda depresión. Lo que más duele no es haber nacido con otro sexo, sino sentir que todo el mundo te rechaza, que no tenés un lugar. Quería suicidarme, como les pasa a todas las personas trans en algún momento de su vida", confiesa. Estudia Biotecnología en la UNT y también sufre cuando la llaman por su nombre de varón para dar examen. Por eso ninguna quiso darlo para la nota.

Claudinna estudió para ser bailarina, actriz, vestuarista, maquilladora integral y maestra de educación plástica, pero no consigue trabajo. "Nadie le da empleo a un transexual. Por eso es tan importante para nosotros que este problema se visibilice. Queremos que nos dejen de tratar como si todos los transgéneros fuéramos prostitutas y, por ende, enfermos de sida", protesta Claudinna. La falta de cobertura de salud es otro drama para estas personas. "Un estudio de Lohana Berkins afirma que el promedio de vida de una trans en Argentina es de 35 años", advierte Claudinna.



Princesas Trangénero (Sólo para personas Adultas)





Modelo transexual es hija de Toninho Cerezo

El pasado mayo la firma francesa Givenchy sorprendió al emplear como modelo de campaña a un transexual conocido como Lea T, quien ahora ha revelado que su padre es el futbolista brasileño Antonio Carlos "Toninho" Cerezo.

Leo Cerezo figuró en unas imágenes de la casa francesa en las que posaba entre hombres y mujeres para la campaña Otoño/Invierno 2010-11.

Su amigo Ricardo Tisci le dio la oportunidad de figurar, pues quiso representar la dicotomía hombre-mujer, además dijo que Lea T. "siempre ha sido muy femenina: superfrágil y muy aristocrática".

Tras su aparición en la campaña, la misteriosa identidad de la joven causó interrogantes.

Según la revista brasileña Extra -de la que hace eco la página web del periódico italiano Corriere della Sera- el mayor secreto de la modelo transexual es que en realidad es hija del futbolista, que triunfó en la liga italiana con la Roma y la Sampdoria en los años 80.

En una entrevista para Style.it Lea había dicho que la relación con su padre había mejorado recientemente.

Debido a la presión de la prensa, Toninho aceptó, por medio de su hijo Gustavo, que Lea es su hijo y apoya su carrera en la moda.

En una entrevista realizada por la revista italiana Vanity fair, la hija del ex volante de selecciones brasileñas, Toninho Cerezo, reveló que se sometió a una serie de operaciones de cambio de sexo, y quien se llamaba Leandro ahora es completamente una mujer.

Leandro, que ahora se llama Lea, fue siempre negado por su padre (mundialista en Argentina 78 y España 82), quien incluso hace tres años dio una entrevista a medios brasileños y dijo que sólo tenía tres hijos, no reconociendo a su vástago transexual, sin embargo según reportan otros medios, el ex futbolista ahora apoya a Lea en su carrera.

Lea T, sale este mes en un reportaje que le realizó la revista Vogue en el que alertan a las top models de su irrupción en el mundo de la moda.

La revista, que publica una foto desnuda de la hija de Cerezo, menciona que la modelo "destaca por su belleza imperial, retro y andrógena".



Transfeminismo: ¿sujetos o vida en común?



En las Jornadas Feministas Estatales de diciembre de 2009, en Granada, el transfeminismo se planteó como un concepto transformador. Este nuevo texto enriquece el debate sobre su significado y las dudas que plantea, para crear herramientas de construcción política de lo común.


Con este artículo queremos contribuir al debate desde la posición de que necesitamos herramientas para construir políticas de lo común, y que es momento de replantearnos el feminismo/los feminismos/el transfeminismo, como quiera que lo llamemos.

La potencia

Mientras el feminismo ha centrado su lucha en la desigualdad entre hombres y mujeres, el transfeminismo nombra un espacio transfronterizo habitado por diferentes sujetos para quienes las categorías clásicas de hombre o mujer se quedan estrechas, sin espacio para quienes no se adaptan a la norma. El sexo, la orientación sexual, el género, la clase social y la procedencia se entrelazan profundamente, dando lugar a lo que conocemos como la identidad, absolutamente singular, de cada persona.

La apuesta central del transfeminismo nos recuerda que es imposible reducir esta multiplicidad a una única categoría ‘mujer’ y que sin embargo es posible rastrear las marcas comunes del poder (hetero)patriarcal. A nuestro juicio, la lucha transfeminista a día de hoy tiene dos grandes virtudes. Por un lado, poner en el centro del debate las inquietudes cotidianas de las personas transexuales –marginación, identidad sexual, despatologización– y, desde ahí, permitirnos ir más lejos que nunca en la pregunta de “qué es ser mujer” o “qué es ser hombre”, cuestionando qué sentido tienen la feminidad y la masculinidad si no queremos que sean formas de vida impuestas, jerárquicas y monolíticas.

Por otro lado, reconstruir el campo de derechos de las personas LGTBQ (lesbiana, gay, transexual, bisexual, queer) migrantes, rompiendo con los estereotipos que identifican diversidad sexual exclusivamente con mundo occidental y visibilizando la experiencia de doble o triple discriminación en las ciudades globales: al estigma se suman los controles policiales y detenciones por extranjería; y a las dificultades económicas, el peligro de exclusión laboral por orientación sexual o transexualidad/transgenerismo o las dos cosas.

Las dudas

La potencia de las luchas de transformación está en su capacidad para generar cambios en nuestras vidas y conectar con nuestras inquietudes vitales. Nombrar malestares y resistencias es parte clave de los cambios a veces, pero no siempre. En este sentido el transfeminismo nos genera dudas: ¿Está recogiendo una resistencia existente o está imponiendo un nombre, pronunciado en fuerte conexión con ámbitos académicos? ¿Incluye la experiencia diversa que diferentes sujetos hacen del mundo hoy, más allá de quienes previamente se identifican con el transfeminismo?

Estamos en una encrucijada: podemos construir prácticas transfeministas que pongan en el centro inquietudes de la vida cotidiana, evidenciando las conexiones entre formas de opresión o vivencias que pensábamos escindidas. Esto es muy potente. O podemos enfatizar la definición de un espacio transfeminista a partir de complejas discusiones teóricas y con el uso de un lenguaje muy poco comunicable. Y esto funciona en sentido contrario: construyendo un dentro del transfeminismo –especie de vanguardia política– y un fuera del mismo.

El énfasis en el nombre le ha hecho gozar de cierto aire de superación del feminismo, oponiendo el llamado movimiento feminista clásico (MFC) al transfeminismo. Es obvia la existencia de profundas diferencias en la forma de hacer política de los distintos feminismos, incluso entre los ‘feminismos críticos’, y hay un gran debate sobre la conveniencia de mantener la unidad del feminismo cuando ésta ha de construirse sobre la nada, porque no tenemos nada común que decir. Pero ¿confrontar un supuesto MFC con un supuesto transfeminismo es la mejor forma de abordar estos debates inaplazables? Al polarizar las posiciones invisibilizamos las diferencias dentro del propio feminismo y englobamos todos los feminismos dentro de una única definición, haciendo de él un ente estático y sólido, negándolo como un proceso abierto, complejo y en constante revisión.

El “feminismo que ya no queremos” es el feminismo blanco, burgués y heterosexual. Sin embargo, ¿hasta qué punto esta interpretación de lo que es el feminismo está importada del contexto anglosajón y se corresponde con la realidad del feminismo en el Estado español?

Movimiento que no puede ser tildado de burgués porque el componente de clase ha sido eje fundamental a lo largo de su historia, con la importante presencia de trabajadoras y mujeres de las barriadas. Un movimiento en el que las lesbianas han sido protagonistas, sobre todo en la década de los ‘80, y con el que las mujeres transexuales dialogan desde los años ‘90. De todas las pegas a ese feminismo, se nos resiste el fenómeno de la academización; sin embargo, éste atañe tanto al feminismo como al transfeminismo y la teoría queer.

Reconstruyendo espacio común

Para nosotras la cuestión no es tanto el tipo de sujeto que enuncia problemas, sea el feminista o el transfeminista, sino el propio hecho de enunciar, el qué y el cómo. Superar la política de la identidad –de los sujetos únicos o múltiples que también acaban siendo únicos– implica cambiar la óptica y dar cuenta de las situaciones que, aun ocupando diferentes posiciones, nos afectan de manera común. Implica desplazar la mirada de los sujetos a la vida que vivimos todxs. Cuando la lógica social nos hace una invitación forzosa a vivir aisladamente, cuando la vida se privatiza y el sentido compartido de lo que ocurre desaparece, ¿cómo revertir su curso, recuperar la capacidad de hacer relatos de nuestra vida en primera persona, reconstruyendo los problemas comunes que habitamos desde lugares distintos?

No se trata de construir ristras de sujetos –trans, maribolleras, precarixs, migrantes, negras, putas–, ni de hacer un mero sumatorio de reivindicaciones –transfeministas + anticapitalistas + antirracistas–, sino de reconstruir el espacio común, más allá de los muros que bordean nuestros entornos políticos conocidos, creando alianzas desde la discusión de qué tienen que ver nuestras realidades precarias y qué conflictos hay, porque las precariedades ni son iguales ni son igualmente intensas. Nos preguntamos, por ejemplo, si el transfeminismo se suma a las críticas al capitalismo y la Europa fortaleza o si obliga a cambiar postulados de esos discursos. ¿Cuáles, más allá de una apostilla al final del manifiesto?

A veces se reclama el feminismo como un nombre vacío; no podemos hablar de prostitución, ni de lesbianismo, ni del velo, porque sabemos que tenemos fuertes debates, y en aras de la unidad los solapamos. Otras veces se nos impone un nombre monolítico que encierra un contenido férreo que no podemos cuestionar si no queremos ser acusadas de herejes. Ante esta situación lo crucial es preguntarnos cuál es el contenido de nuestra lucha y con quién la luchamos. Ponerle –¿otro?– nombre puede ser útil. Pero aferrarnos al nombre puede hacer que la lucha, o las luchas, pierdan toda la potencia de pensarse en situación y junto a otrxs.

Silvia L. Gil y Amaya P. Orozco son activistas feministas

Fuente: http://www.diagonalperiodico.net/Transfemisnismo-sujetos-o-vida-en.html

Artículos relacionados a este debate:

De ‘género’ caníbal Por Victoria López Barahona / Historiadora social y activista feminista

Resistencias femenistas Por Justa Montero, activista de la Asamblea Femenista de Madrid

Desafíos y oportunidades en los feminismos Por Montse Otero Vidal y Betlem C. Bel / Comi de Ca la Dona



jueves, 22 de julio de 2010

Nikky Sánchez: Los consejos de una bella mujer






























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Contra la homofobia


Nota: Para todos aquellos que creen que la homofobia está mal y quieren pelear por un mundo mejor para nuestros amigos gays y lesbianas. Por favor, pongan este post en sus journals.

Soy la chica corrida de su casa, porque confesó a su madre que era lesbiana.

Soy la prostituta trabajando en las calles, porque nadie contrataría a una mujer transexual.

Soy la hermana que sostiene a su hermano gay fuertemente, en sus noches llenas de dolor y de lágrimas.

Somos los padres que enterramos a nuestra hija, mucho antes de tiempo.

Soy el niño que vive provisionalmente en una casa, que despierta en las noches debido a las pesadillas que tiene al pensar en la posibilidad de verse arrebatado de de sus dos padres, los cuales son la única familia amorosa que ha tenido. Desearía que pudieran adoptarme.

Soy uno de los afortunados, supongo. Sobreviví a un ataque que me dejó en coma por tres semanas y dentro de un año, probablemente vuelva a caminar.

Somos la pareja que no pudo rentar una habitación con una sola cama en un hotel, porque éramos hombres.

Soy la persona que no sabe que baño usar porque no quiere problemas, porque alguien llamó a la gerencia.

Soy la madre la que no permiten visitar a sus hijos que parí, cuidé y crié. La corte dice que soy una madre inadecuada porque ahora vivo con otra mujer.

Soy la superviviente de violencia doméstica que se encuentra con un sistema de apoyo frío y distante, cuando encontraron que la pareja que abusaba de mí, era mujer también.

Soy el superviviente de violencia doméstica que no tiene apoyo por que es hombre.

Soy el padre que nunca ha abrazado a su hijo, porque crecí con temor de demostrar cariño a otro hombre.

Soy la maestra de Economía Doméstica que siempre quiso enseñar Gimnasia, hasta que le dijeron que eso era para lesbianas.

Soy el hombre que murió, debido a que los paramédicos dejaron de atenderme al darse cuenta de que era transexual.

Soy la persona que se siente culpable, porque piensa que podría ser mejor si la sociedad no estuviera siempre odiándome.

Soy el hombre que dejó de ir a la iglesia, no porque quisiera, sino porque las puertas están cerradas para personas de mi tipo.

Soy la persona que tiene que esconder lo que el mundo más necesita, amor.

Soy la persona que tiene miedo de decir a sus amorosos padres cristianos que ama a otro hombre.

Pon esto en tu journal si crees que la homofobia está mal. Y pon de tu parte para terminar con ella.




!! Solidaridad y mucho cariño a Maite Trejos !! 3

!! Solidaridad y mucho cariño a Maite Trejos !! 2


Tremenda sorpresa se llevaron los televidentes del programa ‘Las tardes son de Carolina’, que se transmite en Canal Uno, cuando hace pocos días, Maité Trejo, concursante del ‘reality’ ‘Buscando una modelo’, admitió que, la verdad la verdad, no era mujer sino un trasnsexual.

Al concurso se habían presentado cientos de chicas, de las cuales fueron seleccionadas ocho, entre las que estaba Maité. Su nombre masculino es un ‘secreto de Estado’ que ella guarda con celo.

Quien la ve por la calle ve a una mujer. No solo a una mujer sino a un mujerón. Está acostumbrada a escuchar silbidos en la calle desde los 15 años. A esa edad decidió corregir el error que la naturaleza cometió con ella, cuando le dio atributos inútiles.

Ahora, a sus 21 años, ha corregido ese error. ¿Totalmente? Eso no lo quiere decir. De hecho, se molesta cuando se le hace esa pregunta.

De lo que sí está segura es que ella se siente una mujer, siempre se ha sentido así. Y por eso se inscribió en el ‘reality’. Seguramente los organizadores pensaron igual que ella porque nunca le pidieron la cédula o identificación, según recuerda ella.

Tan mujer se ha sentido que, cuando vio la publicidad en la TV, corrió a verse en el espejo, midió su belleza y dijo ¿por qué no? Desde entonces no solo se sintió mujer sino, además, una modelo. Alguien capaz de salir todos los días en televisión contorneándose y sonriendo ante la cámara.

Desde niña, cuando jugaba con muñecas y siempre con niñas, sentía que, de algún modo, su destino estaba relacionado con su cuerpo. Pero no con ese cuerpo equivocado que nunca le sirvió, cuenta, para jugar pelota o policías y ladrones, sino con otro. Otro cuerpo, otra identidad que ya latía en ella.

“Me gustaban las revistas de modas. En el fondo siempre soñé con ser una modelo”, admite con naturalidad, casi con orgullo.

Su vida privada es un terreno que ella ha vetado a todo quien trata de acercarse. Solo dice que, ya en la primera juventud, entró al quirófano para moldear su cuerpo y dejarlo a la medida de sus sueños.

¿Cuántas veces? La respuesta es un breve silencio seguido de una voz seria y áspera. “Eso no me gustaría decirlo en público. Se trata de mi vida privada”.

A pesar de tener ocho hermanos varones nunca ha recibido insultos o burlas de ninguna clase, dice. Para ella la condición de ser mujer se construye también en la seguridad que alguien tiene en sí mismo. “Actualmente la gente me trata como una dama, me quieren mucho y me siento feliz”.

Pero si ante el mundo es una mujer, ¿ cómo se llegaron a enterar en el programa? Maité responsabiliza a la reportera de Vamos con todo, María Fernanda Meza.

Fue ella la que regó la noticia como si fuera un rastro de dinamita. Un buen día le soltó con desparpajo: “Nos han llegado rumores de que eres un hombre”.

Maité no contestó, pero ya no pudo detener la bola de nieve. La noticia fue anunciada en la mitad del ‘reality’. Nadie lo podía creer. Hubo lágrimas.

Pero la ‘perdonaron’ y ahora incorporó un nuevo sueño a su lista: “Convertirme en la primera modelo transexual del país”. “No me gusta hablar de mi vida privada y menos de mi vida romántica. Sí, tengo un novio, pero prefiero no hablar de esas cosas”.

Fotos: José Sánchez / ÚLTIMAS NOTICIAS

!! Solidaridad y mucho cariño a Maite Trejos !!

Mayté Trejos, la concursante del reality "El Instituto" del programa "Las tardes son de Carolina" de Canal UNO, estableció una queja en la Defensoría del pueblo contra la reportera María Fernanda Meza, del programa "Vamos con Todo" por posible vulneración de la privacidad sexual.

Trejos, con el respaldo de la Asociación de jóvenes mujeres transgéneros y transexuales "Silueta X", explica en la carta dirigida a la Defensoría que la mencionada reportera del programa de farándula la abordó en las inmediaciones de Canal UNO diciéndole ".. a nuestro canal nos llegó una información que afirma eres un hombre" y ante la negativa de la concursante quién se excuso de responder, la empezó a seguir.

Según versión recogida por un matutino de la localidad, Mayté ha afirmado que sólo el productor del programa conocía de su identidad sexual, detalle que iba a hacer público durante el programa antes del desfile del orgullo GLBT pero tuvo que precipitar su confesión que recibió el apoyo de la conductora y la producción del programa.

Trejos ha recibido el respaldo de otras asociaciones como ALFIL que en un carta dirigida al programa , califica lo sucedido como "Una persecución y presión malintencionada y perversa de parte de la Srta. Meza acompañada por su camarógrafo, en la cual instigaba a Maite Trejos en el sentido de que confirme públicamente su sexo biológico masculino". Por su parte, Diane Rodriguez, presidenta de la la asociación "Silueta X" expresó que los derechos humanos y la privacidad se deben respetar de quien sea. "Es necesario sentar un precedente jurídico para que este tipo de abusos sean castigados", acotó.

Un recuento videográfico de las actividades de Silueta X de Ecuador






miércoles, 21 de julio de 2010

Tabú Latinoamérica 2 - Cambio de Género


El famoso especial de NATGEO
















a exclusión de transexuales en América Latina a examen en el documental "Translatina"




"Translatina", un nuevo documental del cineasta peruano Luis Felipe Degregori, se cuela en las vidas de penuria y miseria de varias mujeres transexuales de Latinoamérica, abocadas a la discriminación y a la pobreza por su identidad sexual.


EFE-. A partir de testimonios de todo el continente, el nuevo trabajo de este director después de "Peces de ciudad" diseca ese círculo de pobreza, discriminación y violencia que vive el colectivo transexual en Latinoamérica.

"Todo empieza en una escuela que expulsa a jóvenes incomprendidos y les empuja a la prostitución. No están preparados para tratarlos y sus únicas opciones son, o la peluquería, o el trabajo sexual" dijo a Efe Degregori.

"Translatina" se asoma a esa primera puerta cerrada y a las que se van cerrando después, porque a muchas las echan de casa, no tienen acceso a la salud y tienen problemas derivados, como las infecciones de sida, que estudios cifran en tasas de entre 21,5 y 40% en esta población, más que en ninguna otra en Latinoamérica.

Otro aspecto analizado en la cinta es cómo la violencia las persigue por las noches en la calle, para lo que Degregori tuvo que recorrer las calles "más peligrosas" de ciudades latinoamericanas.

"Hemos conseguido testimonios que cuentan cómo en Perú, policías municipales las detienen y les quitan todo. Las golpean y las dejan tiradas a 70 kilómetros de Lima", dice.

Después de tres años de rodaje y de más de 100 horas filmadas, el director define la identidad "translatina" como algo "natural, como cualquier otra, que la llevan dentro y que está por encima de todo y lo dejan todo por ella".

Su cámara siguió también sus vidas por Argentina, Chile, México, Brasil y hasta Italia, un país con el que "muchas 'trans' sueñan", precisa.

Para ellas, el país europeo es un paraíso para operar su cuerpo y convertirlo en el de una modelo "espectacular", y ganar mucho dinero gracias a la prostitución, según el director, que matiza que esas aspiraciones se están agotando ahora.

Mientras que en Latinoamérica persiste "una postura machista" que está más presente en la región y una "precariedad" de derechos que se sufre de "manera distinta", opina Degregori.

Perú es especialmente el "país más atrasado" de toda América Latina en lo que se refiere a derechos de personas de orientación distinta a la heterosexual, según el director.

"Es el único país en el que ni siquiera se ha podido lograr que en la Constitución se reconozca la no discriminación por orientación sexual", denuncia el director que responsabiliza de esto al "poder de la Iglesia".

Sin embargo, durante el rodaje, el director ha presenciado "cómo las voces de estas mujeres empiezan a alzarse en el continente y a organizarse como nunca antes", dice.

La reciente aprobación del matrimonio homosexual en Argentina es un "síntoma más" de unos avances que se extienden pero que se topan con gobiernos "lentos" en legislar sobre estos derechos, opina.

El documental será presentado mañana en Viena en la Conferencia Internacional Sida 2010 y ha sido seleccionado en festivales de Argentina y Estados Unidos como el International Gay and Lesbian Film Festival de Washington, donde se proyectará el 29 de julio

Ecuador, Vanguardia Trans, su Constitución sanciona discriminación por identidad de genero


Su Constitución es la única de América Latina que sanciona la discriminación por identidad de género

Deia-. AMÉRICA Latina avanza lentamente hacia la igualdad. El jueves el Senado argentino aprobó por seis votos de diferencia las bodas gay, siendo el primer país latinoamericano en reconocerlo por ley. Mientras, otro país latinoamericano, Ecuador, presume de tener una de las constituciones más avanzadas en este ámbito. La nueva Carta Magna aprobada en 2008 incluye el derecho a no ser discriminado por identidad de género -la única en América Latina en recoger que la identidad de género puede ser susceptible de discriminación-. También garantiza "el derecho a la identidad personal y colectiva, que incluye tener nombre y apellido, debidamente registrado y libremente escogido". Esto significa que una persona con sexo masculino puede adquirir un nombre femenino y viceversa.

Una de las grandes promotoras de estas conquistas alcanzadas por Ecuador es Elizabeth Vásquez, foto, abogada y activista transfeminista, que ha estado recientemente en Bilbao para explicar la lucha del colectivo trans en el país sudamericano. El proyecto que ella integra es "una propuesta política sobre fortalecimiento de la identidad trans estructurado en tres principios: transfeminismo, interculturalidad y subversión desde dentro o uso alternativo del derecho", explica. Vásquez es fundadora del Proyecto Transgénero, corredactora de la ley antidiscriminación y asesora de la Asamblea Constituyente. También redactó las reformas al Código Penal para sancionar los crímenes de odio por identidad de género, que no sólo castiga las agresiones verbales, físicas y asesinatos inspirados en la intolerancia, sino que, además, castiga a quien, motivado por prejuicios, prive a los ciudadanos de servicios y derechos.

Subversión desde dentro Apoyados por el movimiento indígena de Ecuador, los transexuales lograron que la nueva Constitución permitiera el cambio de nombre en el documento de identidad. Todo un logro que Vásquez ha usado para crear lo que ella denomina "paradojas jurídicas". "Como resultado puedes tener una persona con un nombre femenino y sexo masculino y viceversa. Esto lo usamos políticamente para generar un matrimonio entre una trans femenina y una mujer, es decir, un matrimonio lésbico real", explica. "Este matrimonio pone al juez y a la institucionalidad en una disyuntiva: si acepta casar a la pareja, valida un matrimonio lésbico con un acta de matrimonio que dice que señora de tal está casada con señora de cual; al revés, si se niega el matrimonio lo tiene que hacer alegando que la chica trans es mujer, entonces valida lo trans. De todas formas la institucionalidad sale perdiendo y nosotras ganando", concluye. A esta paradoja Vásquez la denomina "subversión desde dentro", una subversión dentro del derecho que "va minando las estructuras patriarcales del Estado".

La lucha trans en Ecuador es una lucha por los derechos colectivos y por los derechos callejeros. "No es la visión sólo eurocéntrica de lo trans como una identidad personal, en Ecuador tiene mucho que ver con comunidades colectivas". Un ejemplo de esta colectividad es la Casa Trans, convertida en un centro de encuentro social, cultural y político. Creada en 2006, fue la primera propuesta de reivindicación del derecho de las personas trans a una vivienda digna y al derecho de alquilar un lugar sin sufrir discriminación. "Tal es la situación de privación del derecho a la vivienda que hay grupos de trabajadoras sexuales que viven cuatro o cinco trans en un cuarto de un hostal. Ahí surgió otra batalla, la del derecho al uso del apellido cultural, que no es otro que el nombre del hotel, que las chicas asumieron como su propio apellido. Es una cosa súper bonita donde se crean familias alternativas", comenta Vásquez.

Precisamente, la lucha del Proyecto Transgénero comenzó con la defensa de los derechos de las personas que ejercen el trabajo sexual en la calle. Fue en 2002 a través de la Patrulla Legal. Desde entonces, siete patrullas han recorrido las esquinas y madrugadas de Quito, para prevenir abusos contra las personas transexuales. Al mismo tiempo se estableció un diálogo con policías a los que ofreció capacitación. El resultado: una disminución de los abusos policiales, un mayor respeto al trabajo sexual callejero y una negociación sobre los espacios.

"Aquí se está planteando un tema de identidad cultural, colectiva, inclusive ligada a mestizajes y a temas indígenas", explica Elizabeth Vásquez. La activista pone como ejemplo el caso de la región de Manaví. "La cultura anterior al contacto hispánico tenía una enorme flexibilidad de género y cuando se produce el mestizaje se crea una identidad travesti moderna que no se encuentra en otros lados del país".

Costa Rica tras decisión de Tribunal respetara la imagen de las personas transexuales en fotos para el DNI


Las personas transexuales y/o transgéneros costarricenses podrán, a partir de hoy, aparecer como hombre o mujer en la fotografía de la cédula de identidad, independientemente del género con el que se encuentren inscritos en el registro Civil, informó el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE).

EFE/Diario Digital Transexual-. Una modificación al reglamento de fotografías, permite ahora que por ejemplo, las personas trans, aparezcan en su cédula con aspecto de mujer u hombre, con el fin de respetar la identidad sexual de las personas.

El secretario general del TSE, Alejandro Bermúdez, explicó hoy a periodistas que se decidió respetar el derecho de las personas a ser fotografiadas como ellas quieran ser identificadas, siempre y cuando los rasgos permanentes del rostro sean claramente visibles.

"La cédula debe congelar la imagen que frecuentemente se exhibe ante la sociedad", manifestó.

La decisión del TSE obedece al reclamo de una mujer transexual llamado A. Porras Araya, quien se viste de mujer y pedía aparecer en su cédula con su apariencia femenina, a pesar de que el mismo documento consigne que su género es masculino.

Porras declaró al diario local "La Nación", sentirse satisfecha por el nuevo reglamento del TSE.

"Aunque los derechos son los mismos para todos, algunos tenemos que luchar por los nuestros porque nos pasan por encima. Gracias a Dios la gente va comprendiendo que somos un mundo con diversidad de género", expresó.

Por su parte, Bermúdez descartó que esta medida pueda afectar la identificación de las personas, pues aunque serán permitidas las fotografías con accesorios como pelucas o gafas, lo importante es que se puedan reconocer los rasgos permanentes de los ciudadanos.

"La idea es que la gente se fotografíe como son reconocidos, aunque no se pueden utilizar accesorios que escondan identidad", señaló.



‘Juventud, divino tesoro...’ Transexualidad y vejes (1)


Por Christian Rea Tizcareño

México DF, julio 08 de 2010.

Hace 78 años la mamá de Samantha quería parir un varón, pues una hija implicaría una víctima más de la violencia patriarcal. El papá, por el contrario, "se moría" por una niña que a lo largo de los años fuera "como su mujer". Al final, "ninguno se quedó con las ganas, complací a los dos". Nació una persona transexual, narra sonriente la casi octogenaria mujer.

Samantha llegó al mundo en el mes de julio de 1932. "Soy cáncer". Creció en Orizaba, Veracruz, a dos cuadras del Cerro del Borrego. Las casas eran de un solo piso, tejas rojas y dos aguas. Su padre, originario de Puebla, fue obrero y mecánico. Su madre oaxaqueña, una cocinera "excelente". Una de sus especialidades era el guajolote en mole. El pueblo, pequeño y "muy cerrado" en materia de sexualidad. En la cúspide de la pirámide social los franceses. En el siguiente escalafón la "mugrosa e hipócrita aristocracia heredera del porfiriato".

En una charla de aproximadamente cuatro horas, Samantha Flores reconoce que nunca pensó llegar a la vejez. "Juventud, divino tesoro que te vas para nunca volver…", evoca la anciana al escritor nicaragüense Rubén Darío y bebe un sorbo de café. La Elsa, La Carla, La Luisa, La Roberta y otras más no están hoy para contar sus historias. En 1989, todos los amigos de Los Ángeles, California, ya habían muerto de sida. Asegura que en México, 90 por ciento de sus contemporáneos fallecieron a causa de la epidemia.

En la secundaria descubrió que los Reyes Magos eran los papás. A la par, inició su vida sexual. A los 14 su primer amor, Pimentel, un joven seis años mayor, autor de cartas y versos románticos. Le enseñó a Samantha a nadar y a besar. Hoy, esa experiencia es un recuerdo que vuelve a su memoria al escuchar la zarzuela Luisa Fernanda, de Federico Moreno Torroba; Scheherazada, de Nikolái Rimsky-Korsakov; la música de Frederic Chopin y Tchaikovski, así como los poemas de Gustavo Adolfo Bécquer.

Era costumbre "echar novio" en el Cerro del Borrego. Allí fue la iniciación sexual. Dolorosa, pues no había ni condón ni lubricantes. "Hacíamos el amor a la viva México". En esa época, los tabúes provincianos le insistían a la entrevistada que la atracción hacia Pimentel, el fisicoculturista recién egresado del servicio militar obligatorio era una "monstruosidad". Antes de ese episodio sólo le había causado "susto" ver en el baño de la escuela a dos de sus compañeros en la justa de la masturbación. Empero los miedos respecto al erotismo y la afectividad se desdibujaron con el devenir de los años.

Dos años duró la relación. Todos los días el galán iba por Samantha a la escuela. Al parecer era "un cariño de hermanos". Él pertenecía a una familia "muy conocida" y las lenguas homofóbicas comenzaron a susurrar en toda la ciudad. "Me imagino que la gente del pueblo bicicletero y globero decía: ‘¡el jotito de Pimentel!’".

Un día "mi mamá nos cachó en la sala de la casa", pero no dijo nada en ese instante. Al paso de los días, la señora de Flores cuestionó que "¿cómo dos hombres?" Después, silencio absoluto. Jamás volvió a tratar el "maligno" tema. Papá tampoco indagó a su descendiente.

¿Novios? Samantha sólo enumera los hombres de los que estuvo enamorada y "enculada" (término coloquial para designar la exacerbada atracción sexual): cuatro en ocho décadas. ¿Religión? "Muy católica", aun cuando no comulgue con las ideas del Vaticano. ¿Transexualidad? Etiqueta de una nomenclatura que conoció hace apenas un sexenio. ¿Hormonas? Nunca ingirió. Ser lampiña y "come años" le ayudó a tener siempre una apariencia femenina, según los cánones establecidos en occidente para las mujeres.

Mientras Samantha estudiaba música y ballet, Sergio, su hermano mayor, fue educado "como hombre". Ante las descomposturas de la casa, el papá recurría imperativamente al primogénito: "¡Trae la escalera, la caja de herramientas! ¡Trépate! ¡El martillo! ¡El cincel! ¡Rompe!" Desesperado, el hijo rezongaba: "¿Y Vicente -nombre que a la mujer transexual le dieron sus padres ante la pila bautismal y el Registro Civil-?" El señor Flores justificaba: "Él no. No se puede lastimar los dedos porque estudia piano".

A pesar de que Samantha soñaba con ser bailarina de ballet o concertista y viajar por el mundo, su padre se opuso: "¿Cómo? No vas a terminar de borracho de cantina". La orden del jefe de familia fue que su retoño viajara a la Ciudad de México para estudiar en la Escuela Bancaria y Comercial, en 1950. En aquella época "la educación en el país era muy buena. Del uno al 10 yo creo que era de 90. Hoy no queda nada de eso".

Inicialmente Samantha acató las disposiciones de su padre. Vivió en la capital del país; sin embargo, terminó por desistir. Más adelante, decidió emigrar a Los Ángeles, California, Estados Unidos, donde estudió Administración de Hoteles, curso que después complementó en la primera Escuela Hotelera de México, ideada durante la administración presidencial de Miguel Alemán Valdés e inaugurada en 1953. En las aulas de este plantel conoció a su primer círculo de amistades gay.

Mientras observa un retrato dicromático del año 1958, Samantha se acuerda del "gringo" que conoció ese día y de sus jóvenes camaradas. Todos, incluso ella, trajeados como varones. Dos de ellos hablaban "perfecto" inglés. Uno era "niño bien" de las Lomas de Chapultepec. Otro "todavía es mi amigo adorado, vive a dos cuadras", dice emocionada al señalar la vieja fotografía.

La Avenida Juárez y los cines de San Juan de Letrán, en el Distrito Federal, eran sitios de "ligue gay"; pero "había mucho peligro por los agentes hijos de puta".

La primera vez que Samantha se atavió con prendas femeninas fue en Querétaro en 1964, durante una de las fiestas organizadas por la "Reina Xóchitl", un personaje de la vida gay que organizaba concursos travestis. "Era un macho mexicano grandote, fornido y alto".

En la "excitante pachanga" de Xóchitl, Samantha rellenó su brassier con pedazos de periódico. La peluca, el abrigo, la estola, las zapatillas y el vestido fueron obsequios de amigos. "Lo único que compré fueron las medias. Fue mi debut como travesti. Originalmente me vestí para la fiesta, jamás lo había hecho, ni de chiste".

El nombre "Samantha" nació en 1967, inspirado en la protagonista de la película estadounidense Alta sociedad. "Enloquecí con la canción (del filme). Desde entonces no quise ser como las demás: Paulette, Colette, Penélope…"

Samantha, dedicada a las relaciones públicas en el último peldaño de su vida laboral, aún no está reconocida como mujer en el marco jurídico mexicano, puesto que el juicio de reasignación para la concordancia sexo-genérica, aprobado por la Asamblea Legislativa del DF el 29 de agosto de 2008, sólo aplica para las personas transgénero y transexuales nacidas en la capital del país. Con nombre masculino, se jubiló ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y actualmente recibe la pensión para adultos mayores otorgada por el Gobierno local.

Estudiante en el IMSS de un curso de Gerontología -"ciencia que trata de la vejez y los fenómenos que la caracterizan", según la Real Academia Española-; militante de la cruzada contra la violencia hacia las mujeres en Ciudad Juárez, Chihuahua y voluntaria de la organización civil de lucha contra el sida llamada Ser Humano, Samantha Flores hoy califica a la vida como "maravillosa".

"Albergue para el anciano gay con sida", así se llama el ambicioso proyecto que desde hace tiempo ronda en su rubia cabeza, y que por el momento sólo está plasmado en una carpeta que trae en su bolsa. "Cada tres meses me entero, por un medio o por otro, de casos como el de un amigo que conocí con la famosa Xóchitl. Vivía en un cuarto de azotea en Tlatelolco, y se puso muy enfermo de sida, y se quedó abandonado. Otro día me habló un amigo de tiempos de Xóchitl que me dijo: ‘¡Samanthita!, ¿sabes que La mujer gris está muy mala? Ya fui a verla, y está muy abandonada".

Pero se le ilumina el rostro ante la expectativa de que su proyecto se concrete algún día. A dos pasos de cumplir los ochenta años de edad, Samanthita, como la llaman cariñosamente sus amigos y amigas, sueña con que la sociedad y las autoridades gubernamentales dejen de soslayar las necesidades de los ancianos no heterosexuales, pues de acuerdo con la Primera Encuesta Nacional sobre Discriminación en México -realizada en 2005 por la Secretaría de Desarrollo Social y el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación-, 59.3 por ciento de las personas homosexuales reconoció que "les respetan poco o nada" el derecho a tener una vejez digna.

La longeva señora mete el anhelado proyecto y las fotografías de antaño en su bolso, donde también yace propaganda lopezobradorista. Allí también resguarda su amor hacia la fallecida sexóloga Anabel Ochoa, así como la admiración "a muerte" que siente por su amiga Elsa Aguirre, octogenaria diva de la cinematografía nacional. "Más bella por dentro que por fuera, y eso que es preciosa". Los empleados del restaurant se despiden de la abuelita y Samantha Flores se dirige a la calle nocturna con la esperanza de algún día convertir su vida en un libro.


"Translatina" un documental peruano


Translatina, es un documental peruano, dirigido por Felipe Degregori, que expone la durísima realidad de las personas transgénero en América Latina. A lo largo de 93 minutos se recopilan testimonios recogidos en Perú, Argentina, Uruguay, Méjico, Honduras, el Salvador, Chile, Brasil e Italia a lo largo de más de tres años de producción y 100 horas de rodaje.


En el documental, mujeres transexuales de América Latina relatan sus historias, como se enfrentan al rechazo, la humillación, la exclusión social y la falta de acceso a derechos como la educación, la salud y el trabajo; a veces, simplemente, a la violencia física y la muerte. Registra además, entrevistas a autoridades de la salud y la justicia, y refleja el trabajo de organizaciones no gubernamentales que comenzaron a exigir a sus gobiernos oportunidades para la inclusión social y el cumplimiento de los derechos de este grupo poblacional.

El documental, que fue estrenado este año, fue auspiciado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).


sábado, 3 de julio de 2010

Las personas transexuales, protagonistas de la fiesta




Los transexuales, protagonistas de la fiesta

03-07-2010 - Lucía de la Fuente - Fotografías: Gustavo San Miguel

‘Por la igualdad trans’. Es el lema de las fiestas del ‘Orgullo’ de este año, que insisten en la equiparación de derechos y oportunidades para todos, sea cual sea la identidad sexual de cada uno. Y es que, tal y como denuncian diversas asociaciones, la transexualidad sigue provocando situaciones discriminatorias en numerosos ámbitos.

La transexualidad en nuestro país ha visto varias modificaciones legales en los últimos años. La Ley de identidad de género aprobada en marzo de 2007 permite cambiar el nombre y el sexo en los documentos de identidad oficiales sin necesidad de someterse a una operación genital y sin procedimiento judicial. Esto supuso un avance en relación a la situación anterior, cuando era necesario el dictamen de un juez, que normalmente sólo lo daba cuando la cirugía se había producido. Eso sí, con la nueva normativa el solicitante debe acreditar que le ha sido diagnosticada disforia de género (disconformidad entre el sexo asignado al nacer y el percibido como propio) y haber recibido un tratamiento hormonal durante al menos dos años.

En mayo de ese mismo año se inauguró en Madrid la Unidad de Trastornos de Identidad de Género que quedó adscrita al Hospital Universitario Ramón y Cajal. Algunas asociaciones como el Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Madrid (COGAM) abogan por la retirada de la palabra "trastorno" del nombre de la unidad.

Y es que según la Clasificación Internacional de Enfermedades la transexualidad es una enfermedad catalogada dentro de los trastornos de la personalidad. Sobre este asunto, la Asociación Española de Transexuales Transexualia tiene una opinión definida: "La transexualidad tendría que dejar de ser una enfermedad pero si esto fuera así ya no te atenderían en un hospital ni se garantizarían unidades de género. Además podría haber personas con diagnóstico equivocado que padecieran algún trastorno mental", comenta su presidenta Noelia Mariani.

Porque si hay algo que es evidente es que cuando alguien decide someterse a una operación de cambio de sexo no puede tener dudas. "Estaríamos hablando de que una persona por el simple hecho de decir 'me siento mujer' ya podría operarse. No vamos a permitir que se produzcan cambios de sexo sin nigún control de tipo médico, estamos hartas de oír casos de personas que se han sometido a la cirujía y en verdad no lo necesitaban", afirma Mariani. No se trata únicamente del deseo de ser hombre o mujer sino de, por ejemplo, sentir desagrado hacia la erección o la menstruación, según sea el caso, de su sexo biológico.

Discriminación laboral
Dejando la cuestión puramente física a un lado, lo cierto es que a día de hoy las personas que deciden cambiar el sexo con el que nacieron se enfrentan a situaciones de discriminación que, según las presidenta de Transexualia, se acentúan en el ámbito laboral. "Todavía cuesta contratar a una persona transexual, por eso en la asociación hemos puesto en marcha un programa, en colaboración con la Comunidad de Madrid, de inserción socio laboral dirigido específicamente a la población transexual que incluye formación, capacitación y bolsa de empleo".

Para Mariani lo único que hace falta para conseguir la igualdad completa es tiempo, esfuerzo y trabajo, aunque lamenta que muchas veces salgan por televisión personajes frívolos "que tiran por la borda el trabajo hecho por la asociación en un año".

El caso de Alexia
Una de las últimas polémicas hechas públicas referentes a la transexualidad en nuestro país es el caso de la mujer transexual gallega Alexia Pardo, que ha denunciado al Estado español ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos al haber visto por sentencia mermadas las visitas a su hijo, de 13 años, desde que hace 8 años decidiera cambiar de sexo.

A instancias de la madre del menor, un informe psicológico la declaró "inestable". No obstante, Alexia alega que en ese momento estaba pasando por un divorcio y estaba deprimida, pero "fue exclusivamente un hecho puntual y tengo informes realizados por psicólogos clínicos que así lo demuestran". "Exijo un régimen de visitas abierto, para poder ver a mi hijo cuando me de la gana, como antes. Porque parece ser que vivimos en un país que no es consecuente con lo que dice y hay maltratadores que tienen derecho a más visita que yo", señala.




El género desordenado




De izquierda a derecha, Miquel Missé y Gerard Coll-Planas

Nos encontramos en plenas celebraciones/reivindicaciones del Orgullo y ayer tuve el placer de asistir a la presentación de un libro que llama a la reflexión: "El género desordenado", un libro de ensayos sobre la transexualidad que aborda de pleno el debate sobre la despatologización. Sus autores, Miquel Missé y Gerard Coll-Planas, vinieron desde Barcelona a la Librería Berkana para la presentación, auspiciada por la carismática dentro del activismo LGTB (Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales) Mili Fernández.

La verdad es que la presentación de este libro -junto a otro de Gerard que plasma su tesis sociológica, "La voluntad y el deseo"- se celebró en Chueca como si se tratara de un oasis en el desierto. Afuera, diluviaba con una de esas tormentas veraniegas, pero eso no evitaba que la gente se agolpara ante un escaparate en el que cuatro tipos depilados e hipermusculados marcaban paquetes enfundados en minibañadores. Dentro de la librería, una veintena de personas escuchábamos como Gerard y Miquel mostraban el debate, las diferencias de opinión que surgen entorno al mundo LGTB.

Me encantó la presentación, sinceramente, porque se alejaba de ese pensamiento único que a veces nos hacen ver desde algunas asociaciones, desde algunos colectivos que dibujan una realidad LGTB unida, con objetivos comunes, cuando no es así. Las luchas fronterizas entre lesbianas, gays y transexuales siguen hoy día siendo una realidad. El machismo por parte del colectivo gay sigue siendo evidente y, en muchas ocasiones, se mantiene la jerarquía que sitúa al gay en la cúspide de la pirámide. Cuesta, y mucho, que se establezcan alianzas reales por objetivos comunes entre ellos.


¿Por qué? Pues en gran parte porque hay poca reflexión y, sinceramente, porque creo que interesa que no exista esa reflexión. Los que se agolpaban en el escaparate mirando paquetes creo que no tendrían cabida en una presentación como la de "El género desordenado". Y es una pena, porque su fuerza sería importante, pero están demasiado ebrios de la 'marca gay', esa que se representa por tipos musculados, primeras marcas de moda y depilaciones masivas.

De otro modo, ¿cómo explicar que en pleno Orgullo dedicado a la transexualidad, la Federación Estatal LGTB no apoyara/auspiciara un libro que a buen seguro será referencia en el mundo LGTB y, más concretamente, en el del colectivo transexual?
Yo, sinceramente, no lo sé.

Tomado del Blog DB News)